Casetta San Giovanni
INSTITUTO
La Última Cena de la Caridad, una joya eclesial donada a la Iglesia, nació en Cancello di Mizzole, un pueblo montañoso de Valsquaranto a unos dieciocho kilómetros de distancia. de Verona, 31 de mayo de 1936. "Cenacolo es una unión de personas que se sientan en una sola cantimplora, la cantimplora que se une, que une, que fratella, alimentándose de un solo pan, apagando su sed en el mismo cáliz: l ¡Amor infinito de Jesús! "Lo que hice, tú también lo harás en memoria mía". Pero esta unión divina, esta unidad divina, solo la Caridad, la Caridad más grande y genuina, puede lograrlo "(Ven. Giovanni Ciresola).
El aposento alto de la caridad es un don-carisma del Espíritu Santo para la Iglesia; Carisma poco común o simple, pero extraordinario y para el bien de la Iglesia, a la cual el Espíritu Santo distribuye sus dones "como le plazca".
The Upper Room of Charity abraza a la Opera en sus diversas ramas, que son:
Pobres siervas de la preciosa sangre
Todas las criadas pobres, tanto en casa como en el extranjero, sienten que pertenecen a una sola familia que juntas buscan a Dios, juntas escuchan la Palabra de Dios, juntas alaban a Dios, juntas trabajan para Dios, con el mismo estilo, el mismo ideales, la misma regla, el mismo hábito sagrado
Hermanas externas
Las hermanas externas son "la extensión del aposento alto" (el Padre), en los lugares donde viven y trabajan estas Hermanas. Es un llamado que lleva a vivir como "levadura" en la misa, a través de comportamientos y testimonios silenciosos, presencias delicadas, atenciones positivas y de acuerdo con los estilos de vida que te llevan a saber decir sin hablar.
Cenáculo Sacerdotal
Punto de referencia para sacerdotes que, al continuar viviendo y trabajando en la parroquia, tienen la oportunidad de cultivar la amistad fraterna y pueden encontrar ayuda y apoyo en su vida espiritual.
Amigos del Cenaculo
Laicos que se reconocen a sí mismos en armonía con el carisma del Cenáculo de la Caridad, viven en la familia, en el trabajo y en las actividades cotidianas y están totalmente integrados en la realidad social y eclesial de su tiempo. Están llamados a hacer suyo el carisma del Instituto.